martes, 26 de febrero de 2013


DIA 2
¡Hola a tod*s!

Bien, pues hoy, día 2 que ando por aquí, me gustaría compartir una comida de cabeza que tengo desde que leí este artículo:


Brutal, por otro lado. Es magnífico que la gente, las mujeres concretamente, vayamos abriendo la boca sobre temas tabúes como el embarazo…

Sí, es un tema tabú. Si no estás feliz no eres una buena embarazada, y por tanto, no serás una buena madre. Y dan igual las nauseas, los mareos, el cansancio, el dolor de espalda y las subidas y bajadas hormonales. TIENES QUE SER FELIZ PORQUE VAS A PARIR. Y punto.

A ver, que sí, que lo habéis acertado. Estoy en ello. Y tengo una niña que ya casi llega a su primera década de vida, así que no es la primera vez que estoy en este estado.

Y los más avispados se preguntarán (Si es que no han pasado por ello ya): Y si es tan terrible ¿Por qué pasar por esa situación dos veces?

Pues porque a pesar de todo es hermoso. Sí, cuando más o menos puedes mantener a la criatura, darle una vida más o menos digna (En principio, que en esta España que nos ha tocado vivir cada vez hay menos cosas seguras) y los números  (Y las fuerzas) te cuadran para cuatro o cinco años vista… En principio, siempre en principio y en teoría. Porque luego ya se verá.

Si no se puede asegurar la vida digna del que viene, mejor que no venga, no sé si me explico.

Pero no quiero meterme demasiado en ese tema “embarazo”, que a fin de cuentas ya han hablado de él en ese magnífico post que he linkeado,  lo que me gustaría ahora es centrarme en otro aspecto de este tema, en algo que estuve pensando a raíz de leer ese artículo y de pararme a ver mi propia vida, la de la gente que me rodea y los comentarios que se hacen al respecto (Sí, parece que cuando estás embarazada es pecado hablar de otra cosa que no sean bebés y todo lo que conlleva, así que decidí sacarle provecho).

Y esa observación me llevó a una figura igual de importante que nosotras, según lo que yo opino… El padre de la criatura.

Nooo, no me voy a meter con los chicos… Al menos de momento. Es simplemente que no es justo.

Me explico:

¿Por qué ellos sólo tienen 15 días de permiso para estar con el niño recién nacido?

¿Por qué no se espera de ellos que dejen su puesto de trabajo cuando el bebé (o niño, o adulto joven menor de edad) se pone enfermo?

Es más… ¿Por qué no se espera de ellos que dejen el trabajo y se queden en casa a cuidar del bebé durante tres o cuatro años, sin hacer nada más que cambiar pañales y fregar platos?

No me extraña que a las únicas que nos dé la depresión postparto sea a nosotras… No sólo no se nos compensa por estos nueve meses de molestias, dolores y pesadez, por esa descomposición de cuerpo al verse obligados los órganos a moverse para dejar espacio, o incluso por esas dolorosas horas de dilatación y parto (Siendo justos, debo reconocer que también hay una parte muy chula cuando notas que algo se mueve por ahí dentro), sino que parece que se nos castiga… Y a ellos, a los papás, también, no dejándoles participar más en la crianza del recién llegado.

No voy a entrar en explicar cómo se nos castiga a las mujeres, porque seguro que ya lo sabéis, de eso sí se ha hablado, y mucho. En resumen, muchas menos oportunidades laborales (Menos todavía), una reducción drástica del tiempo para una misma (Y no me refiero a maquillarse e ir al gimnasio, que también, sino a seguir siendo la que se era, en mi caso, leer, escribir, estudiar, pensar, mantener una conversación inteligente que vaya más allá de bebés, niños, colegios, notas y ropa), una condena a quedarse en casa cuidando de la familia, al menos durante un tiempo… Vamos, lo de siempre.

Quiero centrarme en los padres. Porque estoy segura (O quiero estarlo) que los padres de hoy en día, mis contemporáneos, los chicos entre 25 y 40 años, están deseando participar más en todo este proceso, no tanto del embarazo, que lo notan más lejano (Normal, a ellos no les crece nada dentro de su cuerpo, es lógico que no lleguen a entenderlo), sino de lo que supone criar a un niño que ya está aquí.

Estar sin dormir meses, hasta que empieza a tomar papilla (Los llantos nocturnos son menores desde ese momento, y no es extraño, pobres, llega un momento en que eso de alimentarse de leche se tiene que hacer muy cuesta arriba), estar en casa el suficiente tiempo como para ver cómo gatea, o camina, o las dos cosas, por primera vez. .. En fin, que lo dejo aquí porque tampoco me quiero poner ñoña, pero sí, los padres se pierden muchas cosas, no sólo porque no se espera de ellos que les importe, sino porque no se les permite que les importe.

¿De verdad no hay una fórmula para descargar a unas y responsabilizar a los otros? ¿De verdad la balanza tiene que estar tan desequilibrada?

En fin, como ya sabéis un poco más de mi vida, con ese poco más os habréis dado cuenta de que no tengo todo el día para estar aquí de cara al pc escribiendo… Así que lo dejamos por hoy, con esa magnífica pregunta (Y no porque sea mía, que conste) y nos veremos el día 3, sea cuando sea.
Adeu!

viernes, 22 de febrero de 2013


DIA 1
Bueno, se supone que en el primer día me tendría que presentar, decir mi nombre, mi edad, a qué me dedico, si tengo familia… Todo eso que se suele hacer para que la gente que habla, o que en este caso, te lee, esté más cómoda, como si esos datos fuesen a lograr me conocieran en cuatro líneas.

Sin embargo, he empezado este blog para ser honesta, y si quiero ser honesta, no puedo empezar haciendo lo que la gente espera que haga. Créanme, me conocerán mejor así.

Sólo para situarnos, diré que vivo en la capital, más o menos, entre la mucha gente que vive por aquí igualmente. Que estoy en paro, como tanta gente también, y que a mi edad el gobierno aún me considera joven, lo que agradezco profundamente.

También puedo decir que estoy casada (todo lo felizmente que se puede estar estando casada) y que ya tengo descendencia, y que en la España en la que vivimos no está del todo bien visto, porque una vez tienes hijos, no tienes derecho a un trabajo digno, aunque parándonos a pensarlo, hemos llegado a un punto en el que el único trabajo con el que te puedes ganar la vida es político, tengas hijos o no… Pero ya trataremos ese tema más adelante…
Como presentación creo que está bien… Veremos qué sale de aquí.